Ejercicio de autodefinición

¿Qué define nuestra identidad? Una mala costumbre que nos es común a casi todos es relacionar «quién somos» con «lo que hacemos». Pienso que lo que mejor nos define es no tanto nuestra rutina diaria (en gran medida azaroza y circunstancial), sino lo que pensamos (producto de un proceso evolutivo y resultado de un conjunto de elecciones individuales e íntimas).

Entonces: ¿por qué esa insistencia en autodefinir e identificar, a nosotros mismos y (lo que es peor), a los demás, por lo que hacemos y por lo que hacen?

Leamos cualquier tarjeta de presentación:

Juan Perez
Abogado

¿No sería mucho mejor escribir «Juan Perez – Musulmán Socialdemócrata» o «Juan Perez – Nihilista«?

Sin conocer a la persona en cuestión, para la realización de un ejercicio más o menos productivo de orientación, sería mucho más valioso contar con adjetivos que me ayudaran a ubicarme en el marco de su intelecto, de sus intereses y de sus decisiones y no tener que lidiar con un sustantivo que, a lo sumo, es un reflejo más o menos erróneo de su quehacer diario. De nada sirve saber si alguien es abogado, doctor en medicina o en filosofía, recolector de residuos o travesti de un cabaret, siendo que existen abogados garantistas y abogados neonazis, doctores creacionistas y doctores evolucionistas, basureros liberales y basureros conservadores, travestis ateos y travestis fundamentalistas. La actividad laboral de una persona dice tan poco sobre ella como conocer el estado de su cuenta bancaria, sus preferencias sexuales o culinarias o la hora en que, habitualmente, se acuesta a dormir.

Por eso, en la tarjeta de presentación de este sitio (la página de contacto), en lugar de haber escrito lo que hago, puse quien soy:

Juan Pablo Sáenz
Constructivista, Existencialista, Ateo

Hagan ustedes con esa información lo que quieran.


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