Constructivismo Radical

Hace poco se habló en el foro de Dubarri sobre soledad, epistemología y constructivismo; justo estoy leyendo un compilado de ensayos sobre el tema («La realidad inventada: cómo sabemos lo que creemos saber«), editado por el filósofo/psicólogo austríaco Paul Watzlawick, y me acordé de aquel hilo por lo que les traduzco algunos párrafos; el libro está edtado en español, si lo consiguen léanlo porque es muy recomendable!

[box]»[Nuestros receptores celulares] son todos ciegos ante la cualidad de los estímulos externos y solo son capaces de reaccionar ante su cantidad. Esto, que a primera vista pareciera sorprerndente, no lo es: «ahí afuera» no hay ni luz ni color, sólo hay ondas electromagnéticas; «ahí afuera» no hay sonido ni música, solo hay variaciones periódicas en la presión atmosférica; «ahí afuera» no hace calor o frío, solo hay moléculas que se mueven con mayor o menor energía kinética, etc…

«Ahí afuera» tampoco hay dolor en ninguna de sus formas» 1

«Si el conocimiento y el saber son descripciones que reflejan al mundo «tal cual es», deberíamos tener un criterio para dicernir cuando nuestra descripción es «acertada» o «verdadera» y cuando no. […]

«[Para Kant] no es solo dudoso si esa manzana es tan lisa, aromática, dulce y roja como parece; la cuestión es si existe un objeto real, una entidad individual que experimentamos como «cosa», separada del resto de las cosas y del resto del mundo.

«Esta duda es, de hecho, más trascendental que aquella sobre la fiabilidad de la percepción, porque destruye la idea de la existencia de una estructura objetiva en el mundo y nos enfrenta a la pregunta de porqué y, sobre todo, cómo es posible, entonces, que permanentemente busquemos y encontremos estructuras, si estas no son un reflejo de la realidad. Dicho de otra forma: si Kant tiene razón con su sentencia de que la experiencia no puede enseñarnos nada sobre la naturaleza de las cosas, ¿cómo es posible que experimentemos un mundo extraordinariamente estable y confiable, en donde hay cosas duraderas, interrelaciones y reglas de causas y efectos, que nos brindan buenos servicios? […]

«Si el mundo que experimentamos y reconocemos es construido por nosotros mismos, entonces no es asombroso que nos parezca relativamente estable. Para entender esto con claridad debemos recordar el principio de la epistemología constructivista: el mundo construído es un mundo de la experiencia, formado por experiencias y que no pretende ser «verdadero» en el sentido de coincidencia con una realidad ontológica. […]

«La conciencia asimilante también puede construír órden y regularidad en un mundo completamente desordenado y caótico. La medida en que ésto ocurra depende más de los objetivos y de los puntos de partida que de los hechos del denominado «mundo real». Sin embargo, en el marco de nuestra experiencia dominada por objetivos puntuales, tendemos a atribuír los obstáculos que se nos presentan a una mítica realidad en lugar de detenernos a observar nuestro modo de actuar.

«Un albañil que trabaje solamente con ladrillos, tarde o temprano llegará a la conclusión que todas las puertas y ventanas deben tener un arco que soporte la construcción superior. Si el albañil entonces cree haber descubierto una ley absoluta sobre el mundo, estará tan equivocado como estuvo equivocado Kant cuando creyó que toda la geometría debía ser euclidiana. Aquello que elijamos como piezas de construcción, sean ladrillos o elementos euclídicos, inevitablemente, define límites, que solo experimentamos desde «adentro», desde la perspectiva de los ladrillos o desde la perspectiva euclidina.

«Las barreras del mundo contra las cuales fracasan nuestros emprendimientos permanecen, para nosotros, siempre invisibles.

«Todo lo que vivimos y experimentamos, conocemos y sabemos, está indefectiblemente construído con nuestras propias piezas y solo puede explicarse desde nuestra propia forma de construirlo» 2 .[/box]

  1. Heinz von Foerster, «Das Konstruieren einer Wirklichkeit» (en «Die erfundene Wirklichkeit», editado por Paul Watzlawick, pág. 44) []
  2. Ernst von Glasersfeld, «Einführung in den radikalen Konstruktivismus» (op.cit. pag 25ss.) []

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